Lamento no haberte amado lo suficiente como para salvar este Amor de este cruento final. El Amor Verdadero no se hizo para encuentros a escondidas, ni para derramamientos de sangre, ni para morir entre las manos de aquellos que enaltecen su Ego blandiendo sus Espadas con fines tan impuros que corrompen el Corazón.
Lamento no haber estado a la altura ni a la grandeza de Tu Alma para defender a este Amor,
que no nos pertenece ni a tí ni a mí; y
sin embargo, es la causa que nos mantendrá Unidos en los confines del mismo Firmamento.
Nuestra historia quedará registrada en los cielos,
hasta un tiempo venidero en el que comprendamos que no existe Nada que ya pueda separarnos:
Ni mi linaje, ni tu nobleza, ni los siete puñales que hoy acabarán con mi Vida.
Lamento no poder alimentar ya más a tu Corazón sediento,
ni proteger ni abrigar tu Cuerpo
para que puedas beber de este Cáliz Sagrado,
cuando tú y yo quedabamos fundidos en un Eterno Abrazo.
Lamento no volver a descansar en Tu Rostro Reposado,
ni permitir que me entregues el Consuelo que mi Espíritu requiere ante este cercano desencuentro.
Perdona por no poder atender a tus suplicas ni a tus ruegos para alejarme de ti.
Perdona por ser ya demasiado tarde para devolverte la honra que una dama como tú se merece.
Sin embargo, llegará el día en el que tú y yo manifestemos este Amor en la tierra,
Y Nada ni Nadie podrá ya detenernos….
(Mis Sueños de Libélula 🌺 )
Texto escrito: María José Morales Guerrero
Deja un comentario